"El dinero producto del crimen organizado no necesariamente tiene que realizar operaciones de cuantías importantes, ni llegarán los gánsters del tiempo de Al Capone a nuestras oficinas, el perfil actual del lavador de dinero puede incluir personal capacitado en las mejores instituciones educativas del país o del extranjero, gente preparada que puede estar haciendo operaciones pequeñas con su organización con la intención de estratificar, el objetivo es que se pierda el origen del mismo"
El desarrollo de actividades como
empresas intermediarias financieras, de remesas, compra–venta de dólares entre
otras son, a todas luces, una oportunidad de oro para la delincuencia
organizada que realiza el lavado de activos.
El lavado de dinero se da,
obviamente, con la participación involuntaria de las organizaciones, pero que
cuando una investigación por parte del gobierno de algún país puede caer en el “riesgo reputacional”, nadie querrá hacer negocio o
tener algo que ver con una empresa que sea usada por delincuentes para el
lavado de activos.
La tranquilidad de los empleados
de las organizaciones, sus administradores y sobre todo de sus accionistas
deberá estar basada en realizar esfuerzos claros y eficaces para que la empresa
mitigue sus riesgos relativos al tema, hay que tener encuenta y relizar planes con base en las recomendaciones
que expidió el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y que
todos los países del mundo deberán cumplir, por lo que esto nos lleva a la primera
conclusión, “no lo podremos evitar”, es un tema que llego para quedarse.
Pero, la legislación y las reglas
que norman esta actividad incluyen temas como: auditoría interna y externa,
capacitación, comité de comunicación y control, oficial de cumplimiento, procesos,
monitoreo de las operaciones, etc.
Obviamente esto representa cargas
administrativas y costos asociados para llevarlas a cabo; sin embargo, si
ustedes cuentan con un negocio financiero operando será idóneo que desarrollen
los mejores procesos y cuenten con el personal más adecuado para estas
funciones, ya que, de ello depende que no seamos socios involuntarios en
operaciones de lavado de activos u operaciones con recursos de procedencia
ilícita, con las implicaciones de riesgo operativo, legal y reputacional que
esto representa.
La auditoría interna y externa
obedecen a una metodología internacional que al igual que las recomendaciones
de GAFI se aplica de manera exitosa a nivel mundial, esta auditoría debe
realizarse bajo un modelo establecido formalmente y se puede resumir en cinco
etapas importantes.
Preparación de la auditoría
La primera fase incluye procesos
como la preparación de la agenda, el auditor debe pedir toda la información al
auditado sobre sus procesos, productos, plazas, tipos de clientes, etc. Con
esta información y con el conocimiento cabal de las disposiciones que le
aplican al auditado deberá realizar una matriz de riesgos del equipo auditor,
basado obviamente en la experiencia, capacidad, conocimiento y sobre todo en un
enfoque con base en riesgos, por lo que es importante que el auditor sea un
especialista en el tema para que pueda aportar experiencia y áreas de mejora.
Si no tenemos un auditor capaz, nuestras debilidades nunca serán atendidas y
esto incrementa los riesgos operativos, legales y reputacionales.
Revisión extra situ
La segunda parte es cruzar la
información generada en la primera etapa contra los papeles de trabajo y
matrices de riesgo de nuestro auditado, esto es verificar que el enfoque de
riesgos que aplica el auditado cumpla con los enfoques de cumplimiento
establecidos por normas y mejores prácticas financieras del sector en el que se
desarrolla. De esta etapa saldrán brechas o áreas de verificación las cuales se
incluyen dentro del plan de auditoría y se pasa a la siguiente etapa.
Auditoría in situ
Esta etapa es la auditoría en
campo propiamente dicha, se desarrolla en las oficinas y con todos los actores
de la organización, no solo se evalúa al oficial de cumplimiento, es una
auditoría de proceso, no de personas, se basa en la búsqueda de que la empresa
presente pruebas evidentes de su cumplimiento; en caso de la capacitación, se
busca que todas las personas que laboran en la empresa sepan qué hacer en casos
específicos, que conozcan sus procesos y que sean jugadores activos en este
esquema de prevención, la auditoría se hace bajo varios criterios que al final
de cuenta llegan a la misma conclusión, estos criterios son: por tipo de
cliente, por producto, por áreas, por tipología, entre otros. Los procesos se
verifican incluso cuando exista el software que realice el monitoreo.
Presentación del Reporte
Cuando se tiene el resultado se
emite un dictamen que deberá invariablemente incluir recomendaciones de mejora,
y presentar una opinión profesional sobre el estado que guarda las recomendaciones del GAFI, lo que
representa una responsabilidad legal y como auditores deberemos cumplir con los
más estrictos temas de ética y procesos que los supervisores deberán normar
para contar con criterios claros. En nuestro país aún no se emiten estos
criterios; sin embargo, es de esperarse que estas disposiciones estén apegadas
a las guías y recomendaciones internacionales que ya existen, por lo que no
esperamos sorpresas en el tema.
Auditoría de seguimiento
Una vez realizado el cuarto paso,
el auditado deberá presentar un plan de trabajo y seguimiento, el cual será
verificado en la siguiente auditoría, esto provocará un proceso de mejora
continua y fortalecimiento de sus actividades, todas estas medidas estarán
encaminadas a mitigar lo riesgos que presenta nuestra operación en riesgos
operativos, legales y reputaciones.
El modelo permitirá que su
organización se desarrolle de manera adecuada y si a esto le incluimos un
modelo robusto de gestión de riesgos operativos, legales, reputaciones, de
crédito, etc., junto con temas de mejores prácticas de gobierno corporativo y
un enfoque de procesos, la organización tendrá un ambiente de control y su
futuro estará transitando por un camino más certero, sobre todo con mayor
eficacia en su objetivo comercial; por ende, se traducirá en mayor beneficio
financiero para los accionistas.
Pero, la legislación y las reglas que norman esta actividad incluyen temas como: auditoría interna y externa, capacitación, comité de comunicación y control, oficial de cumplimiento, procesos, monitoreo de las operaciones, etc.
Parte del texto
Copyright ©
Dr. Miguel Tenorio Santoyo
Especialista Internacional
Certificado en Antilavado
de Dinero, CAMS, FIBA
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Fecha Publicación 9 de agosto de 2013
La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias específicas de ningún individuo o entidad en particular. No tiene motivos económicos y no se puede entender como una asesoría al tema expuesto por el autor.
Fecha Publicación 9 de agosto de 2013
La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias específicas de ningún individuo o entidad en particular. No tiene motivos económicos y no se puede entender como una asesoría al tema expuesto por el autor.