La humanidad ha sido testigo de grandes cambios a
lo largo de la historia. La globalización ha existido desde siempre, ya que las
sociedades han estado en contacto unas con otras. Hace 500 años la información
viajaba en carabelas, pero hoy lo hace por Internet. Sin embargo, no es
recomendable utilizar soluciones antiguas para resolver problemas nuevos, ya
que el medio ambiente es cambiante.
Adaptación
al cambio
El
juego ahora se llama adaptación al cambio. Las empresas que pretendan
desarrollarse y crecer tendrán que adaptarse a su medio ambiente. Sin embargo,
el asunto no es solo adaptarse, sino hacerlo lo más rápido posible. Se trata de
ser diferente a los competidores para sobrevivir en este mundo de cambios
abruptos, gustos cambiantes y feroces competidores, como mencionó en una
conferencia el reconocido autor Gary Hamel.
La
clave no está en que la empresa esté hecha para durar, sino para cambiar, pues
solo en la medida en que esta cambie para adaptarse al entorno es que tendrá
oportunidad para durar. Y si tomamos en cuenta que la inteligencia, más allá de
aspectos cognitivos, es la capacidad para adaptarse a su medio, una empresa
inteligente es aquella que se adapte a su medio. Entonces, puede decirse que un
buen líder es aquel que logra que su empresa sea inteligente.
De
la creatividad a la innovación
De
manera muy sencilla, puede entenderse la creatividad como la capacidad de hacer
cosas nuevas y diferentes, o la capacidad de combinar ideas antiguas y
experiencias anteriores para resolver nuevos problemas. Como la madre de la
creatividad es una necesidad, si no hay problemas o desafíos para resolver, no
será necesaria la creatividad. Sin embargo, esas cosas nuevas o diferentes,
para que se conviertan en innovación, deben servir para algo. Desde este punto
de vista, la innovación es el aterrizaje de la creatividad. Si se realiza un
nuevo desarrollo, tiene su mérito creativo. Sin embargo, solo será innovación
si sirve para algo; es decir, si es rentable y produce dinero, a su vez, indica
que está satisfaciendo una necesidad del mercado.
Innovación
y emprendimiento
Para
que una innovación llegue al mercado se requiere a un emprendedor, quien está
siempre buscando nuevas áreas de oportunidad para ofrecer soluciones diferentes
a las tradicionales. No todos los empresarios son emprendedores, así como no
todos los emprendedores son empresarios. Lo contrario a emprender es hacer las
cosas como siempre y de manera rutinaria.
Si
la solución está en emprender, ¿cuáles son las actitudes que deben apoyarse
para fomentar el emprendimiento en
México?
En mis estudios al respecto se detectaron dos actitudes predominantes,
responsables de la mayor varianza explicada:
·
Deseo de tener un negocio. Este es un
punto importante porque, para ser emprendedor, hay que desear serlo. Esto
incluye la orientación que tiene el ser humano para emprender, para intentar
cosas nuevas, cuestionar los métodos tradicionales y aportar nuevas ideas.
Interviene la formación desde la familia y la escuela, pero también influye el
ejemplo de quienes son cercanos al individuo. Es posible despertar el deseo de
tener un negocio, a partir de ejemplos de gente exitosa, de manera que el
individuo vea que no se trata solo de trabajar para otros, sino de emprender.
·
Orientación al riesgo. Se refiere a
la capacidad del individuo para tolerar el fracaso. En nuestra cultura
latinoamericana, este se toma como algo malo, negativo e indeseable, pues se
convierte en una especie de marca o estigma para quien intenta algo y no tiene
éxito.
·
Es común escuchar que alguien es un
fracasado o que fracasó al intentar un negocio. Es como tener una “F” de
“fracaso” en la frente, la cual es imposible borrar. Por eso, la mejor manera
para no fracasar es intentar nada, o sea, no intentar para no fracasar, aunque
también podría ser realizar solo lo que uno está seguro que le va a salir bien,
con lo cual tendremos más de lo mismo. En otros lugares, como en Silicon
Valley, California, el fracaso se toma como una lección, como una inversión y
oportunidad de aprendizaje. Allá no existe el mandamiento “no fracasarás”, sino
que se dice que si uno fracasa, que sea rápido y lo más económicamente posible.
Por esto están los estudios de mercado, los muestreos, prototipos y otras
pruebas. “Si no has tenido éxito, entonces sigue fracasando”, lo cual es una
invitación a seguir intentando hasta conseguir las metas deseadas.
·
Sugerencias para fomentar el
emprendimiento
·
Para fomentar el emprendimiento no es
suficiente con capacitar al personal. Se piensa que con cursos es suficiente,
pero no es así, ya que el emprendimiento es más una actitud que mero
conocimiento; por lo tanto, más que hablar de emprendimiento, es dar el ejemplo
y poner las condiciones para emprender. Para esto, es necesario prepararse uno
mismo y al personal de la empresa en lo siguiente:
·
Sensibilidad al entorno. Realice
reuniones con su personal y enséñeles a valorar el medio ambiente que les
rodea, de manera que puedan entender el comportamiento del mercado y vislumbrar
oportunidades de mejora interna y externa. Esto puede llevar al desarrollo de
nuevos productos o, inclusive, al de nuevos mercados. Recuerde, como dijo Gary
Hamel, que la competencia real no está en los productos, sino en los modelos de
negocios.
·
Desarrollo de pensamiento creativo y
crítico. No es suficiente con capacitar a su personal en cuanto a aspectos
técnicos y de servicio al cliente. Es importante que usted y ellos manejen
adecuadamente las técnicas de pensamiento creativo que les permitan inferir,
deducir y generar ideas nuevas y diferentes, así como que aprendan a pensar de
manera crítica para expresar sus puntos de vista. El principal enemigo aquí es
la postura “sí, señor”, pues debe estimularse la diversidad de las ideas y la
diferencia de opiniones. Si dos personas piensan igual… ¡una sobra!
·
Desarrollo de competencias. Estas se
forman de tres componentes: conocimiento, habilidades y actitudes. El
trabajador debe saber lo que hace y tener destreza para realizar sus labores,
pero también debe desarrollar actitudes positivas hacia la organización, su
trabajo, sus compañeros y hacia sí mismo.
·
Desarrollar deseo de emprender.
Desafíe a su personal y motívelo a intentar nuevas cosas a través del
reforzamiento positivo y que los premios sean significativos. Es mejor
reconocer el trabajo bien hecho que basarse en castigos. Además, si una persona
intenta algo nuevo y algo falla, el castigo hará que nunca vuelva a emprender y
se apegue a su manual, con lo que matará la creatividad y, por supuesto, la
innovación.
·
Fomentar la tolerancia al fracaso.
Que los fracasos se tomen como errores a solucionar…, como lecciones por
aprender. Aproveche los errores para aprendizaje y retroalimentación de todos
en la empresa.
·
Implemente retos a su personal. Las
organizaciones que no tienen desafíos tienden a hacer lo mismo siempre, cayendo
en rutina y debilitándose a la larga. Se puede perfeccionar lo que siempre se
ha hecho de la misma manera, pero eso no llevará a la innovación. El reto se
debe estimular en todos los niveles, desde el directivo hasta el operativo. Un
buen líder debe ser un maestro en la administración de los retos suficientes
para que su empresa se mantenga en marcha.
Para
finalizar
Emprender
es lanzarse a la acción, intentar algo nuevo, con la innovación como aliada.
Emprender sin innovar, si esto fuera posible, sería solo ejecutar acciones
prediseñadas. Por otra parte, innovar sin emprender sería imposible, ya que el
aterrizaje de la creatividad para convertirse en innovación es en sí mismo, una
acción de emprendimiento. Ambos forman un binomio inseparable, de tal forma que
para diversos autores innovación y emprendimiento son sinónimos.
Puede
decirse que el emprendimiento depende más de la actitud que del conocimiento y
habilidad, por lo que la mejor forma de enseñar a emprender es con el ejemplo.
Los esfuerzos valen la pena porque pueden posicionar a su empresa y desarrollar
ventajas competitivas; por lo tanto, se necesita que usted sea un líder que,
mediante la innovación, logre que su empresa sea inteligente. Desde este punto
de vista la innovación y el emprendimiento son inteligencia para adaptarse al
cambio. Deben estar inscritos en la misión y la visión de su negocio, por lo
que deben ser considerados como estratégicos.
Si
piensa que emprender es caro, entonces pruebe con hacer lo mismo todos los
días. Si hace esto último, solo quedará la rutina que le muestre la ruta de
salida de su mercado. Sin embargo, si opta por el camino de la innovación y el
emprendimiento, el resultado será una mayor adaptación al mercado y, por
consiguiente, el desarrollo sostenible que todos deseamos para nuestras
organizaciones.
¡Emprender
o morir! Así de simple para los negocios. Usted tiene la palabra.
La humanidad ha sido testigo de grandes cambios a
lo largo de la historia. La globalización ha existido desde siempre, ya que las
sociedades han estado en contacto unas con otras. Hace 500 años la información
viajaba en carabelas, pero hoy lo hace por Internet. Sin embargo, no es
recomendable utilizar soluciones antiguas para resolver problemas nuevos, ya
que el medio ambiente es cambiante.
Adaptación
al cambio
El
juego ahora se llama adaptación al cambio. Las empresas que pretendan
desarrollarse y crecer tendrán que adaptarse a su medio ambiente. Sin embargo,
el asunto no es solo adaptarse, sino hacerlo lo más rápido posible. Se trata de
ser diferente a los competidores para sobrevivir en este mundo de cambios
abruptos, gustos cambiantes y feroces competidores, como mencionó en una
conferencia el reconocido autor Gary Hamel.
La
clave no está en que la empresa esté hecha para durar, sino para cambiar, pues
solo en la medida en que esta cambie para adaptarse al entorno es que tendrá
oportunidad para durar. Y si tomamos en cuenta que la inteligencia, más allá de
aspectos cognitivos, es la capacidad para adaptarse a su medio, una empresa
inteligente es aquella que se adapte a su medio. Entonces, puede decirse que un
buen líder es aquel que logra que su empresa sea inteligente.
De
la creatividad a la innovación
De
manera muy sencilla, puede entenderse la creatividad como la capacidad de hacer
cosas nuevas y diferentes, o la capacidad de combinar ideas antiguas y
experiencias anteriores para resolver nuevos problemas. Como la madre de la
creatividad es una necesidad, si no hay problemas o desafíos para resolver, no
será necesaria la creatividad. Sin embargo, esas cosas nuevas o diferentes,
para que se conviertan en innovación, deben servir para algo. Desde este punto
de vista, la innovación es el aterrizaje de la creatividad. Si se realiza un
nuevo desarrollo, tiene su mérito creativo. Sin embargo, solo será innovación
si sirve para algo; es decir, si es rentable y produce dinero, a su vez, indica
que está satisfaciendo una necesidad del mercado.
Innovación y emprendimiento
Para
que una innovación llegue al mercado se requiere a un emprendedor, quien está
siempre buscando nuevas áreas de oportunidad para ofrecer soluciones diferentes
a las tradicionales. No todos los empresarios son emprendedores, así como no
todos los emprendedores son empresarios. Lo contrario a emprender es hacer las
cosas como siempre y de manera rutinaria.
Si
la solución está en emprender, ¿cuáles son las actitudes que deben apoyarse
para fomentar el emprendimiento en
México?
En mis estudios al respecto se detectaron dos actitudes predominantes,
responsables de la mayor varianza explicada:
·
Deseo de tener un negocio. Este es un
punto importante porque, para ser emprendedor, hay que desear serlo. Esto
incluye la orientación que tiene el ser humano para emprender, para intentar
cosas nuevas, cuestionar los métodos tradicionales y aportar nuevas ideas.
Interviene la formación desde la familia y la escuela, pero también influye el
ejemplo de quienes son cercanos al individuo. Es posible despertar el deseo de
tener un negocio, a partir de ejemplos de gente exitosa, de manera que el
individuo vea que no se trata solo de trabajar para otros, sino de emprender.
·
Orientación al riesgo. Se refiere a
la capacidad del individuo para tolerar el fracaso. En nuestra cultura
latinoamericana, este se toma como algo malo, negativo e indeseable, pues se
convierte en una especie de marca o estigma para quien intenta algo y no tiene
éxito.
·
Es común escuchar que alguien es un
fracasado o que fracasó al intentar un negocio. Es como tener una “F” de
“fracaso” en la frente, la cual es imposible borrar. Por eso, la mejor manera
para no fracasar es intentar nada, o sea, no intentar para no fracasar, aunque
también podría ser realizar solo lo que uno está seguro que le va a salir bien,
con lo cual tendremos más de lo mismo. En otros lugares, como en Silicon
Valley, California, el fracaso se toma como una lección, como una inversión y
oportunidad de aprendizaje. Allá no existe el mandamiento “no fracasarás”, sino
que se dice que si uno fracasa, que sea rápido y lo más económicamente posible.
Por esto están los estudios de mercado, los muestreos, prototipos y otras
pruebas. “Si no has tenido éxito, entonces sigue fracasando”, lo cual es una
invitación a seguir intentando hasta conseguir las metas deseadas.
·
Sugerencias para fomentar el
emprendimiento
·
Para fomentar el emprendimiento no es
suficiente con capacitar al personal. Se piensa que con cursos es suficiente,
pero no es así, ya que el emprendimiento es más una actitud que mero
conocimiento; por lo tanto, más que hablar de emprendimiento, es dar el ejemplo
y poner las condiciones para emprender. Para esto, es necesario prepararse uno
mismo y al personal de la empresa en lo siguiente:
·
Sensibilidad al entorno. Realice
reuniones con su personal y enséñeles a valorar el medio ambiente que les
rodea, de manera que puedan entender el comportamiento del mercado y vislumbrar
oportunidades de mejora interna y externa. Esto puede llevar al desarrollo de
nuevos productos o, inclusive, al de nuevos mercados. Recuerde, como dijo Gary
Hamel, que la competencia real no está en los productos, sino en los modelos de
negocios.
·
Desarrollo de pensamiento creativo y
crítico. No es suficiente con capacitar a su personal en cuanto a aspectos
técnicos y de servicio al cliente. Es importante que usted y ellos manejen
adecuadamente las técnicas de pensamiento creativo que les permitan inferir,
deducir y generar ideas nuevas y diferentes, así como que aprendan a pensar de
manera crítica para expresar sus puntos de vista. El principal enemigo aquí es
la postura “sí, señor”, pues debe estimularse la diversidad de las ideas y la
diferencia de opiniones. Si dos personas piensan igual… ¡una sobra!
·
Desarrollo de competencias. Estas se
forman de tres componentes: conocimiento, habilidades y actitudes. El
trabajador debe saber lo que hace y tener destreza para realizar sus labores,
pero también debe desarrollar actitudes positivas hacia la organización, su
trabajo, sus compañeros y hacia sí mismo.
·
Desarrollar deseo de emprender.
Desafíe a su personal y motívelo a intentar nuevas cosas a través del
reforzamiento positivo y que los premios sean significativos. Es mejor
reconocer el trabajo bien hecho que basarse en castigos. Además, si una persona
intenta algo nuevo y algo falla, el castigo hará que nunca vuelva a emprender y
se apegue a su manual, con lo que matará la creatividad y, por supuesto, la
innovación.
·
Fomentar la tolerancia al fracaso.
Que los fracasos se tomen como errores a solucionar…, como lecciones por
aprender. Aproveche los errores para aprendizaje y retroalimentación de todos
en la empresa.
·
Implemente retos a su personal. Las
organizaciones que no tienen desafíos tienden a hacer lo mismo siempre, cayendo
en rutina y debilitándose a la larga. Se puede perfeccionar lo que siempre se
ha hecho de la misma manera, pero eso no llevará a la innovación. El reto se
debe estimular en todos los niveles, desde el directivo hasta el operativo. Un
buen líder debe ser un maestro en la administración de los retos suficientes
para que su empresa se mantenga en marcha.
Para
finalizar
Emprender
es lanzarse a la acción, intentar algo nuevo, con la innovación como aliada.
Emprender sin innovar, si esto fuera posible, sería solo ejecutar acciones
prediseñadas. Por otra parte, innovar sin emprender sería imposible, ya que el
aterrizaje de la creatividad para convertirse en innovación es en sí mismo, una
acción de emprendimiento. Ambos forman un binomio inseparable, de tal forma que
para diversos autores innovación y emprendimiento son sinónimos.
Puede
decirse que el emprendimiento depende más de la actitud que del conocimiento y
habilidad, por lo que la mejor forma de enseñar a emprender es con el ejemplo.
Los esfuerzos valen la pena porque pueden posicionar a su empresa y desarrollar
ventajas competitivas; por lo tanto, se necesita que usted sea un líder que,
mediante la innovación, logre que su empresa sea inteligente. Desde este punto
de vista la innovación y el emprendimiento son inteligencia para adaptarse al
cambio. Deben estar inscritos en la misión y la visión de su negocio, por lo
que deben ser considerados como estratégicos.
Si
piensa que emprender es caro, entonces pruebe con hacer lo mismo todos los
días. Si hace esto último, solo quedará la rutina que le muestre la ruta de
salida de su mercado. Sin embargo, si opta por el camino de la innovación y el
emprendimiento, el resultado será una mayor adaptación al mercado y, por
consiguiente, el desarrollo sostenible que todos deseamos para nuestras
organizaciones.
¡Emprender
o morir! Así de simple para los negocios. Usted tiene la palabra.
Copyright ©
Dr. Francisco Gerardo
Barroso Tanoira
Profesor investigador,
División de Negocios
Universidad Anáhuac Mayab
Fecha Publicación 8 de agosto de 2013
La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias específicas de ningún individuo o entidad en particular. No tiene motivos económicos y no se puede entender como una asesoría al tema expuesto por el autor.